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domingo, 26 de agosto de 2012

el gato


Siempre pensé que debajo de mi parrilla había un gato muerto, un gato que esperaba ser sepultado dignamente, un gato que pensó ser querido, pero no sé si lo fue.

Siempre… siempre supuse que debajo de mi parrilla había un gato muerto, un gato que se llevo consigo todo lo que vivió, pobre gato que se esfumo a quién sabe donde.

Siempre sospeche que un gato muerto yacía de bajo de mi parrilla, pobre gato, fue olvidado, entregado a desaparecer de mi vida, pero quién era ese gato, por lo visto nadie.

¿Qué hablábamos? Ha sí, del gato que murió debajo de mi parrilla… lo había olvidado por completo.

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